La inducción ha sido toda una revolución en la forma tradicional de cocinar nuestros alimentos, ofreciéndonos muchas ventajas frente a las demás placas de gas o vitrocerámicas.
Estas placas de inducción, son mucho más eficaces, el calentamiento es mucho más rápido y las pérdidas de calor es menor. Son más económicas, podemos llegar a ahorrar hasta un 45% del consumo eléctrico en comparación con otros modelos de cocción. Solamente se calienta el recipiente y no el cristal, suministrando la energía precisa por dicho recipiente, además otorga seguridad evitando quemaduras accidentales. Y por supuesto, son mucho más limpias, puesto que las salpicaduras, los desbordamientos, etc. no se queman e incrustan en el cristal de la superficie de la placa.Si te asaltan las dudas sobre qué tipo de recipientes se pueden utilizar o cómo debemos mantener y limpiar nuestra placa, aquí te damos algunos consejos para que le saques el máximo rendimiento.
Mantenimiento y cuidado de mi placa de inducción
Las placas de inducción son de las más resistentes del mercado, sin embargo debemos evitar ciertas prácticas para asegurar su correcto funcionamiento. La placa, no es una encimera por lo que debemos evitar los choques de recipientes. Ten mucho cuidado con los cuchillos, tenedores, etc para no rayar la superficie de la placa. Debemos limpiarla siempre después de haberla usado. De esta forma, nos aseguramos de que cuando la volvamos a utilizar, se encuentre en un estado óptimo para la cocción. Os recordamos que una limpieza frecuente deja una capa protectora que ayudará a que la vida útil de la placa sea más longeva.
Pues muy fácil. Primero apagamos la placa y esperamos a que se enfríe un poco. Cogemos un paño o una esponja limpia, suave y húmeda, aplicamos un producto específico y frotamos suavemente hasta retirar toda la suciedad acumulada, enjuagamos al final con un trapo limpio suave y húmedo para retirar los restos de producto que pudieran quedar. Recomendamos utilizar productos de limpieza específicos de forma habitual, adecuados para la placa, junto con un rascador especial para vidrio o inducción, aunque como hemos comentado anteriormente, no tendremos que usar este elemento ya que una de las ventajas de la inducción es que no se quedarán a penas restos incrustados y la suciedad saldrá con facilidad. Finalizaremos secando la placa con papel de cocina para dar brillo y que no queden marcas. Queda totalmente prohibido la utilización de espartos metálicos y productos químicos o abrasivos que no sean específicos para el uso en este tipo de electrodoméstico.
¿Cuáles son los recipientes más adecuados para mi placa de inducción?
Un punto a tener en cuenta es que tendremos que comprobar que nuestro menaje sea compatible con este tipo de tecnología. Hay varias formas muy sencillas para comprobarlo que os explicamos a continuación:
- Dale la vuelta a tus ollas y sartenes y observar si en la base está escrita la palabra inducción o que aparezca el símbolo que lo indica, eso nos dirá claramente que son aptas para el uso en este tipo de vitrocerámicas. Si no dispones de menaje adecuado, invierte en un juego de ollas apto para inducción.
- Otra forma de comprobar si tu cazuela o sartén es adecuada para la placa es colocarla sobre el hogar seleccionado y encenderla normalmente. Si no sirven, simplemente la placa no lo detectará y por lo tanto no se pondrá en funcionamiento. Y es que la inducción se basa en el fenómeno magnético, por consiguiente, tenemos que utilizar recipientes magnéticos.
- Y por último la forma más sencilla: con un imán (vale cualquiera, uno que tengas en la nevera bastará), si este se pega al fondo del recipiente, será apto para inducción.
Ten en cuenta que para conseguir la máxima eficacia de la inducción hay que usar un menaje de buena calidad, con fondo plano y anti-adherente (para que no se pegue la comida) y grueso (reparte mejor el calor por el recipiente) para lograr un buen resultado de cocción. Los recipientes con fondos irregulares necesitan más tiempo de cocción, por lo tanto, malgastaremos más energía y la cocción será irregular así que es mejor desecharlos. Recordad también que el tamaño de la olla o recipiente, tiene que ser el adecuado al diámetro del hogar que vayamos a usar sin que esta sobresalga. De esta forma, consumiremos la energía justa, es decir, ahorraremos. Si el diámetro es más pequeño no habrá problema ya que nuestra inducción lo detectará y usará la cantidad de energía necesaria para ese recipiente.
Pingback: Ahorro energético en la cocina - CAFRAN
Pingback: Mantenimiento y limpieza de encimeras Silestone - CAFRAN