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Frigorífico limpio en 7 sencillos pasos

La limpieza habitual del frigorífico es esencial para mantener el correcto funcionamiento del mismo y no malgastar energía. Además, el frigorífico es el lugar donde guardamos la mayoría de los alimentos, por lo que conservarlo limpio es primordial para no dañar las propiedades de la comida y que siempre se encuentre en buen estado.Lo recomendable es limpiar este electrodoméstico en profundidad cada dos o tres meses. De esta manera, evitaremos que salgan malos olores cada vez que abrimos la puerta, además de consumir los alimentos en malas condiciones sin darnos cuenta.

Para limpiar el interior de la nevera de manera adecuada, tan solo tienes que seguir siete sencillos pasos:

1- Desenchufa el frigorífico

La nevera, como todos los electrodomésticos, funciona con electricidad. A la hora de limpiarla vamos a utilizar agua, por lo que para no darnos ningún susto, es mejor trabajar con el frigorífico desenchufado de la toma de corriente.

Además, para la limpieza de su interior, vamos a dejar la puerta abierta. De esta manera, si apagamos el aparato, estamos impidiendo malgastar una gran cantidad de  energía innecesaria que se desprende con la luz encendida.

2- Vacíale y revisa la caducidad de los alimentos

Después de desenchufar el frigorífico, extrae todos los elementos de su interior y colócalos en una mesa o en la encimera. Es importante que tengas la cocina recogida para poder depositar los alimentos fuera de la nevera.

Mientras los vas sacando, cerciórate de que todavía están en buen estado y no han sobrepasado la fecha de caducidad. Si es así, tendrás que deshacerte de ellos para que no se pongan en mal estado y desprendan desagradables olores.

3- Descongela el frigorífico

Si tienes un frigorífico antiguo, probablemente se congele por dentro tras un período de tiempo. Antes de limpiarlo, debes descongelarlo, para lo que recomendamos dejar un balde con agua caliente en su interior. Con ese truco, el proceso de eliminar el hielo se acelerará.

4- Retira las baldas y cajones

A continuación, retira las baldas y los cajones del frigorífico. Para limpiarlos individualmente, llena el fregadero de agua caliente con jabón o vinagre y déjalos que reposen en su interior 5 minutos. Después, frótalos con una esponja, mojada en esa mezcla, para que la limpieza sea más efectiva.

5- Limpia el interior del frigorífico

Para lavar la nevera por dentro de forma adecuada, prepara un balde lleno de agua caliente con jabón y amoníaco. Si el frigorífico desprende malos olores, es mejor que la mezcla esté hecha de un litro de agua caliente con dos cucharadas de bicarbonato de sodio.

Con una bayeta humedecida en el balde, frota todos los rincones de la nevera hasta que quede impecable. Después, con un trapo seco, recoge la humedad de la bayeta anterior. Tras esto, vuelve a montar las baldas y los cajones.

6- Limpia la goma de las puertas

Las juntas de las puertas son uno de los lugares que acumulan más suciedad en el frigorífico y, probablemente no nos damos cuenta de ello. La acumulación de esta suciedad puede provocar que se pudran las gomas y con ello, que se escape la energía del frigorífico.

Por ello, es importante limpiarlas a fondo cada vez que limpiamos el frigorífico. Basta con pasarlas una bayeta con agua y amoníaco o vinagre y frotar hasta que queden más blancas.

7- Coloca de nuevo los alimentos y pon ambientador

Tras la limpieza completa del interior de la nevera, vuelve a colocar los alimentos en su sitio. Asegúrate de que no desprenden ningún líquido que pueda volver a manchar el frigorífico y producir que huela mal.

A continuación, puedes poner ambientador casero en su interior. Existen varias alternativas que combaten el mal olor de los frigoríficos, entre las que se encuentran: poner un recipiente con zumo de limón, café molido o bicarbonato.

Limpieza exterior del frigorífico

Para limpiar la parte exterior de la nevera, simplemente puedes hacerlo con una solución de agua y jabón o amoníaco, como para el interior. Si el electrodoméstico es de acero inoxidable, la limpieza también puede realizarse con vinagre o bicarbonato.

En el caso de la parte trasera del frigorífico, donde se encuentran las bobinas, su limpieza ha de ser cuidadosa.

  1. Con un pequeño aspirador de plástico, aspira el polvo de las bobinas. Deberás hacerlo con cuidado para no dañar estos elementos, ya que su reparación es bastante costosa.
  2. Aspira el ventilador de la misma manera. Así evitarás que se acumule el polvo en esta zona dificultando el flujo del aire y, por tanto, el funcionamiento de la nevera.
  3. Elimina la suciedad de las rejillas con un cepillo o con un trapo humedecido.

Tras esta limpieza a fondo, el frigorífico volverá a funcionar como el primer día. Es recomendable que lo vuelvas a limpiar después de tres meses, pero si la nevera está colocada en lugares más propensos a la suciedad, hazlo más a menudo.

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